EL MEDITERRÁNEO DE SOROLLA.
“Este es el sitio que soñé siempre, mar y montaña, pero ¡qué mar!”
Así describía Sorolla la estampa de este pueblo levantino. El intenso color verde de sus pinares que se alarga hasta el cristalinas aguas del Mediterráneo crea una perfecta combinación de colores que bien supo el pintor plasmar en sus pinturas.
Y es que es difícil escapar a los encantos de esta localidad rodeada por el Cabo San Antonio, el Montgó y el Cabo de la Nao, el más oriental de España. Los contrastes que posee Jávea atraen al visitante en su parte más sensorial, montaña repleta de pinares , almendros y algarrobos y calas de aguas turquesas, casas de un blanco calizo que conjugan con la piedra Tosca tan típica de la zona y que, junto a las calles empedradas conforman un atractivo centro histórico.
Así describía Sorolla la estampa de este pueblo levantino. El intenso color verde de sus pinares que se alarga hasta el cristalinas aguas del Mediterráneo crea una perfecta combinación de colores que bien supo el pintor plasmar en sus pinturas.
Y es que es difícil escapar a los encantos de esta localidad rodeada por el Cabo San Antonio, el Montgó y el Cabo de la Nao, el más oriental de España. Los contrastes que posee Jávea atraen al visitante en su parte más sensorial, montaña repleta de pinares , almendros y algarrobos y calas de aguas turquesas, casas de un blanco calizo que conjugan con la piedra Tosca tan típica de la zona y que, junto a las calles empedradas conforman un atractivo centro histórico.