El bello municipio de Calpe se sitúa en la costa norte de la provincia alicantina, su población es menor de 30.000 habitantes y guarda en su interior secretos artísticos, culturales e históricos envidiables, dignos de admirar de cerca.
El alquiler de chalets en esta zona de la Costa Blanca es la mejor opción para conocer la belleza de este lugar de ensueño.

En su costa se alza, de manera majestuosa, el Peñón de Ifach, un escollo de más de 300 metros de altura que se ha convertido en uno de los símbolos de la geografía de la Costa Blanca, y ha sido declarado Parque Natural por la Generalitat Valenciana.

Calpe, tradicionalmente, tenía una población agrícola y humilde, aunque a lo largo de los últimos años se ha convertido en la joya indiscutible de los municipios de la comunidad valenciana. Esto provoca que este lugar sea un destino turístico lleno de interés para todo aquel que decide visitarlo. El poder quedarse unos días es la mejor opción para empaparse de la belleza de la zona, por lo que alquilar un chalet en Calpe, sea con amigos, pareja o familia, es un acierto para dejarse fascinar por los pequeños y grandes detalles que hacen únicos a esta localidad.

Calpe conserva en sus calles la esencia de la arquitectura romana y musulmana, aunque atesora igualmente restos de una época mucho más antigua. Vestigios de unos asentamientos humanos de la Edad de Bronce, que ponen de manifiesto la antigüedad de esta tierra de ensueño.

En Calpe se pueden encontrar lugares tan bellos como Las Salinas, lugar emblemático por su importancia económica para los locales, o los restos de la muralla romana que rodeaban la ciudad llamada La Forat del Mar. Además, también se pueden disfrutar playas de arena fina, como la de Puerto Blanco o del Arenal-Bol, o calas como la del Mallorquín u otras recónditas y menos turísticas, aunque de belleza incalculable, como la de Gasparet, la cual es únicamente accesible a través del mar, siendo un lugar muy codiciado para practicar la pesca o el buceo. Sin ir más lejos, el mismísimo Ernest Hemingway, en los años treinta, ya disfrutó de todos sus encantos y describió a Calpe como un pedazo de cielo en la tierra.

Entre las opciones naturales de Calpe, podemos encontrar lugares históricos como el Castillo-Fortaleza, construido en el siglo XVI con el propósito de proteger la ciudad de los ataques de los corsarios; la Casa Nueva o Casa Nova, una típica masía fortificada de gran interés arquitectónico e histórico, datada de finales del XVII; la Iglesia Antigua, de estilo gótico mudéjar, y único en la comunidad valenciana, entre otros muchísimos monumentos y lugares de interés.

Sin duda, si Hemingway volviera a nacer no dudaría en alquilar un chalet en Calpe para dejarse envolver, otra vez, por el encanto de este idílico lugar a orillas del mar Mediterráneo.
 

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